Seguimos recuperando viejos trabajos.
Éste es de octubre de 2004 (nada menos).
Tenue
Te
rompiste, sutil, como un sueño
en
la mañana de octubre.
Silbaba
el viento entre mis restos,
pedazos
de pedazos con tu imagen
multiplicada
por mil en el espejo.
Yo
no era nadie, y tú, inmenso,
me
acunabas en tu sombra y en tu aliento.
Me
temblabas con tu voz en el oído.
Frases
de ninguna parte,
letras
desde ningún sitio.
Cubierta
de sombra andaba errante,
agitaba
mi condena en los pasillos.
Yo,
sólo un nombre, un suspiro
que
se escapa de unos labios entreabiertos,
poco
más que un lamento, que un gemido.
31
octubre de 2004.